Prisma ODS Revista Científica Multidisciplinar
Volumen 4, Número 2 - Año 2025
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En síntesis, el deporte inclusivo cumple múltiples funciones: estrategia educativa y de
equidad, herramienta de salud pública, espacio de desarrollo psicosocial y comunitario, y
plataforma de legitimidad institucional y compromiso social. Este marco subraya la
relevancia del análisis del caso del Grupo Pachuca, al mostrar cómo un modelo deportivo
puede articular beneficios sociales, emocionales y formativos en diversos contextos
comunitarios. La participación de las personas con discapacidad en México sigue siendo
limitada.
El fútbol se reconoce internacionalmente como una herramienta eficaz para la inclusión
social, la equidad y el bienestar integral. Este deporte se ha consolidado como un instrumento
fundamental para la inclusión social, al promover la igualdad de oportunidades, la cohesión
comunitaria y el desarrollo integral de las personas. En México, el Grupo Pachuca (GP),
conformado por 4 equipos profesionales de fútbol (en México, Pachuca y León; en Chile,
Everton; y en España, Oviedo), ha desarrollado desde 1995 uno de los programas deportivos
y sociales más trascendentes: el modelo de Escuelas Filiales y Centros de Formación
(CEFOR), que actualmente cuenta con más de 270 filiales. Los clubes en México, León y
Pachuca han incorporado programas de inclusión social que integran a poblaciones
vulnerables y a personas con discapacidad en las dinámicas deportivas.
Como resultado de este esfuerzo conjunto, se desarrolló e implementó el programa
GENUINE, del Grupo Pachuca, con el objetivo de que las categorías de niños y jóvenes con
discapacidad intelectual participaran en el Torneo Nacional de escuelas filiales, realizado en
León, Guanajuato, México, en junio de 2025. Experiencias en Europa, como la del Club
Oviedo en España, han demostrado que el deporte adaptado contribuye de manera
significativa a la integración de niños y jóvenes con discapacidad en comunidades educativas
y sociales.
En el desarrollo del programa en México, se consideraron etapas como la evaluación de las
necesidades, el diseño del programa (actividades inclusivas, entrenamiento personalizado), la
capacitación de entrenadores, el entorno inclusivo, el fomento a la comunidad, la evaluación
y el seguimiento, la promoción y la sensibilización, el fondo y la sostenibilidad.
A pesar de esta evolución institucional, aún son escasos los estudios académicos que
documenten de manera sistemática el impacto social, familiar y cognitivo-formativo de estas
iniciativas. Este artículo busca aportar evidencia empírica que respalde la relevancia del