Prisma ODS Revista Científica Multidisciplinar
Volumen 3, Número 1 - Año 2024
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INTRODUCCIÓN
La calidad de vida se compone de una amplia gama de facetas, tales como la percepción de
los individuos sobre su posición en la vida, en el contexto de la cultura y el sistema de valores
en los que vive, en relación con sus objetivos, expectativas, estándares y preocupaciones. De
este modo, se trata de un concepto amplio que incorpora, de forma compleja, la salud física
de las personas, el estado psicológico, el nivel de independencia, las relaciones sociales, el
ambiente y las creencias personales (Rivera et al., 2023).
Entonces, la calidad de vida en términos generales incluye diversos aspectos, como la
percepción del lugar que se ocupa en la vida, dentro del contexto cultural y sistema de
valores. Este concepto abarca la salud física, el bienestar psicológico, la independencia, las
relaciones sociales y las creencias personales. No se mide solo por la ausencia de
enfermedades, sino también por la capacidad de alcanzar metas y expectativas, mantener
autonomía y tener relaciones satisfactorias. Entender estos aspectos es elemental para
desarrollar intervenciones efectivas que mejoren el bienestar de las personas, considerando
sus necesidades materiales, emocionales y sociales.
En lo que respecta a los adultos mayores, la calidad de vida tiene que ver, entre otros factores,
con la seguridad económica e inclusión social, los cual se asegura a través de las
infraestructuras de apoyo y redes sociales, con lo que se busca promover una participación
activa de este grupo etario en la comunidad, donde las funciones principales pueden ser por
ejemplo, la transmisión de sus experiencias a las generaciones más jóvenes, a la vez que
comprenden su estilo de vida y los desafíos que les son propios (Villarreal et al., 2021).
Sustentado en lo anterior, se determina que la calidad de vida de los adultos mayores está
fuertemente influenciada por la seguridad económica e inclusión social, facilitadas por
infraestructuras de apoyo y redes sociales. Promover la participación activa de este grupo en
la comunidad es esencial, ya que les permite transmitir sus experiencias a las generaciones
más jóvenes y comprender los desafíos actuales. Este intercambio no solo enriquece a ambas
partes, sino que también fortalece el sentido de pertenencia y valor social de los adultos
mayores, mejorando significativamente su calidad de vida.
Las personas que se encuentran en la etapa de la adultez mayor, no solo deben enfrentar el
tomar consciencia que sus condiciones biológicas, físicas, intelectuales y psicoemocionales
ya no son óptimas. En la mayoría de los casos, deben asumir el cese de sus funciones
laborales, lo cual les exige quedarse en el hogar donde, generalmente, harán contacto con